¡Hola, soy Daniel!
Te contaré un caso más de porqué el lema de este sitio web es: PEQUEÑOS OBJETOS, GRANDES HISTORIAS.
Hace algún tiempo pude ser testigo de cómo un simple objeto, como un viejo caballo de madera, pudo transformarse, transitar y renacer gracias a las formas artísticas.
Así es, de un símbolo poético, pasó a ser una imagen fotográfica y luego se convirtió en ilustración, hasta llegar a un libro que preserva su memoria y, finalmente, a una exposición que celebra su recuerdo, exhibiendo el objeto original.
![Caballo de madera, fotografía](https://museosescolares.com/wp-content/uploads/2024/11/foto-caballito-scaled.webp)
La imagen tiene ese poder, tan aparentemente sencillo, de mostrarnos la capacidad de un objeto para encarnar significados muy profundos y transitar por distintos lenguajes, escritos y visuales.
Érase un poema sobre un caballito de madera
Existe un reconocido libro titulado Caballo de madera y otras canciones [2014], del escritor peruano Jorge Eslava (Lima, 1953 -), en el cual el caballito de madera se convierte en el protagonista de un poema, encarnando la nostalgia, la inocencia y la fragilidad de la infancia del autor.
Te dejo aquí su versión musicalizada, porque a veces suena mucho más bonita la poesía a través de una canción.
¿Viste como un caballito de madera representa para un escritor, más que un simple juguete? se vuelve un símbolo poético de lo atemporal y del encanto de las cosas pequeñas, de los detalles, de lo humilde y lo sencillo.
La imagen fotográfica del caballito (creo que no te conté que el objeto original perteneció al propio Eslava cuando era niño) añade a esta historia una dimensión de añoranza. La foto que aparece en la solapa del libro original, el cual te recomendamos leer, sitúa al caballito en el tiempo y en el espacio, frente a una pared antigua y bajo una ventana que revela su entorno.
La fotografía, y ese el gran poder de la cámara y el ojo, lo inmortaliza así en su materialidad, sujeta al paso del tiempo, pero a la vez, lo hace eterno y significativo.
Por su parte, la ilustración del caballo de madera, realizada por los artistas Susana Aragón y Adrián Arias, toma a ese objeto ya cargado de significados y lo reinterpreta con líneas muy simples que resaltan su silueta, dotándolo de ese carácter propio de la ilustración gráfica infantil del pasado.
Yo, testigo
Finalmente, te cuento como pude ser testigo de este proceso que involucra a un caballo de madera. En el año 2019 fui curador de una exposición en la Casa de la Literatura Peruana titulada MI CASA ES LINDA. 100 AÑOS DE LITERATURA ILUSTRADA PARA NIÑOS EN EL PERÚ.
Esta muestra no solo celebró el pasado de la ilustración en el Perú, sino que también revalorizó a personajes e ilustradores que, como Nobuko Tadokoro, Charo Núñez, Cota Carvallo y otros pioneros, brindaron forma y estilo –para distintas generaciones– a una visión peruana de la infancia.
En este contexto, el caballito de madera, sí, el objeto original prestado para su exhibición por el propio Jorge Eslava, ubicado en una sala dedicada a la lectura, se convirtió en un símbolo que atravesaba los tiempos y se redefinía en el espacio público.
Recuerdo que me topé con el libro revisando distintas ediciones que servirían para la bibliografía de la exposición que hubiera sido imposible sin la presencia de la directora de la CASLIT, Milagritos Saldarriaga, la asistencia de curaduría de Diana Macedo Sotomayor y la invalorable asesoría de Carlos Maza. Aquí el catálogo en línea.
![Portada](https://museosescolares.com/wp-content/uploads/2024/11/opac-image.png)
La presencia en la exposición del caballito le dio un nuevo sentido al objeto, sobre todo cuando los niños visitantes contravenían las indicaciones de la casa y se montaban sin permiso sobre en el caballito. El contexto hizo al texto.
Tránsito de imágenes
El caballito de madera encarnó claramente los tránsitos de la imagen: primero, en la poesía de Eslava, representando la memoria y la niñez; luego, en la fotografía era un testigo físico del tiempo; en la ilustración, un mensaje visual accesible y lúdico, y finalmente, en una exposición, se transformó en un símbolo de identidad, tradición literaria y cultural.
Cada medio pudo otorgar a este caballito un nuevo significado y una nueva vida, una nueva historia, invitándonos a ver cómo los objetos, a través de su viaje por distintos lenguajes, pueden reflejar aspectos complejos de nuestra existencia.
¿Dónde estará ahora ese caballito? Ojalá bien cuidado… porque es un pequeño objeto, con una gran historia.