¡¡¡HORROR!!! ¿Ya te fijaste en el error ortográfico?
¡Qué fascinante es este folleto antiguo del año 1983! Nos transporta a una época donde la celebración de Halloween en Lima era una experiencia distinta. «El Palacio del Disfraz”, ubicado en la cuadra 9 del Jr. Azángaro ofrecía un mundo de imaginación y creatividad, donde los niños y adolescentes podían encontrar el disfraz perfecto para la ocasión.
Si te fijas, el diseño está completamente hecho a mano y refleja la habilidad artística de la época, destacando cómo antes la creatividad se expresaba tan solo con lápiz y papel contrastando notablemente con los diseños digitales y las herramientas avanzadas de diseño gráfico utilizadas en la publicidad contemporánea.
Este cambio refleja no solo la evolución tecnológica, sino también un cambio en la estética y la sensibilidad artística. Aunque los medios digitales ofrecen una mayor precisión y eficiencia en la creación de anuncios, muchos amantes de las cosas antiguas podrían argumentar que se pierde el encanto y la autenticidad del arte hecho a mano.
También es genial observar cómo han cambiado las formas de celebrar y promocionar Halloween a lo largo de los años en Lima. Aunque la comercialización ha traído consigo una mayor accesibilidad a los disfraces y accesorios (¡basta ver en lo que las calles del Mercado Central se convierten cada año!), también ha restado algo de la magia y la autenticidad que caracterizaban a las celebraciones del ayer.
Puedes preguntarle a tus papás, tíos o abuelos, pues para aquellos que vivieron esos tiempos, este folleto seguramente les evocará recuerdos entrañables de una época en la que la imaginación y la creatividad reinaban supremas.
Si pasas por esta calle del Centro de Lima, verás este edificio aún en pie.
El mapa dibujado a mano que acompaña al anuncio nos proporciona también una mirada nostálgica a la ubicación donde alguna vez estuvo «El Palacio del Disfraz». Aunque la tienda ya no existe, pero sí el edificio, sus recuerdos perduran en aquellos que alguna vez experimentaron la emoción y la curiosidad de buscar el disfraz perfecto en sus estantes repletos de creatividad e imaginación.
¡Nos vemos en la próxima entrada!
Un comentario
aun existe con restos i vestigios de la casa de disfraces, penaran alli