Manual de Museología para Museos Escolares

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Silencio en el aula: La fotografía de la honestidad perdida | El soplo, 1974

Soplos. Comas, Lima, julio de 1974. Revista Caretas. «Interrogado por el profesor, un primarioso desmemoriado apela a sus compañeros para la respuesta correcta».


¡HOLA, SOY DANIEL!

La imagen de arriba es fascinante, tanto desde un punto de vista compositivo como anecdótico. En ella vemos a un grupo de escolares en un aula, centrando la atención en un niño que está de pie frente al profesor, aparentemente respondiendo a las preguntas de un examen oral.

Lo curioso es que, mientras el profesor se concentra en él, el niño está transmitiendo las respuestas a sus compañeros que están sentados. Pero también puede entenderse que está buscando las respuestas mediante un «soplo», es decir, que sus amigos le den la suma precisa. Es precisamente así como la revista Caretas, donde se publicó esta imagen, la titula: «Soplos». La foto fue capturada en 1974 en un colegio del distrito de Comas, en Lima.

La fotografía no solo captura un momento escolar cotidiano, sino que también nos invita a reflexionar profundamente sobre temas de ética y comportamiento humano. En la imagen, la composición es poderosa y el reportero gráfico que la capturó se anotó un golazo: el maestro en una actitud de confianza, los estudiantes atentos a lo que ocurre, la maravillosa pizarra pintada sobre la pared con los temas del día enmarcando a los protagonistas y el acto de trampa que ocurre en el centro de todo, imperceptible para el profesor.

Por eso, más allá del análisis fotográfico, esta escena nos lleva a pensar en la honestidad y en cómo nos moldeamos desde la infancia. La trampa que vemos en la imagen es un reflejo de comportamientos que, aunque pueden parecer inofensivos o menores cuando los realizamos de niños, tienen repercusiones a largo plazo en la sociedad. La honestidad, o la falta de ella, es un valor que se cultiva desde los primeros años de vida, en el núcleo familiar, y se ve reflejada en la adultez y cosechada en la vejez.

En un contexto más amplio, esta imagen nos sugiere que los problemas de nuestro país, Perú, y de nuestras sociedades en general, no solo tienen raíces en los grandes eventos históricos, sino también en los pequeños actos cotidianos del pasado. La corrupción, la deshonestidad y la falta de integridad que a menudo criticamos en los niveles superiores de gobierno o en la esfera pública, comienzan en gestos tan simples como pasar respuestas en un examen escolar.

ERRORES

Un llamado a la acción gracias al archivo: debemos educarnos en valores desde la infancia. Promover la honestidad, la responsabilidad y la ética en nuestras aulas es crucial para construir un futuro mejor. Si queremos una sociedad diferente, debemos empezar por cambiar estos pequeños actos en nuestro día a día. Fomentar una cultura de integridad y transparencia desde la niñez puede parecer un pequeño paso, pero es fundamental para el desarrollo de una sociedad justa y equitativa. Hoy enfrentamos las consecuencias políticas de los errores de nuestros padres. Que también son mis errores, debo reconocerlo, pues yo también provengo del siglo pasado.

Incluso, me atrevo a decirte que los errores son inevitables; lo que realmente importa es el compromiso de repararlos y seguir adelante fortaleciendo el tejido de nuestra integridad personal y colectiva.

MI ARCHIVO PODEROSO

Y es aquí donde el archivo, aquel espacio donde resguardamos lo más valioso del pasado, surge como una luz, como un agente gestor de cambios que no solo se centra en la protección de bienes o en la búsqueda de detonantes personales, sino que nos convoca a entender su verdadero poder para abrir desde grietas hasta puertas en las que hallaremos las respuestas a muchas interrogantes que actualmente nos hacemos.

Depende de uno darle vida al archivo, así como encontrar en los documentos las soluciones que podemos asumir. Entonces nadie nos podrá cambiar la historia, ni engañarnos.

Si aspiramos a un Perú mejor, debemos empezar por nosotros mismos, por nuestras acciones cotidianas y por la manera en que educamos a nuestras futuras generaciones. No nos autoengañemos: de esta manera no mentiremos a los demás y no habrá necesidad de «soplos». De esta manera, podremos contemplar mañana imágenes diferentes que reflejen la sociedad que anhelamos: sin prejuicios, justa y honesta con todos, empezando por tu familia y por ti, así como por tus compañeros y maestros.

Ahí estará la otra belleza, que la fotografía hará suya, porque ella es: contenedora de instantes, carcelera de momentos, denunciante de hechos, testigo de cambios. Ahora, más que nunca, una refundación del Perú a través de los jóvenes así como de los agentes del arte y la cultura nacional se hace precisa, libre de partidos, de políticos mentirosos y de empresarios ambiciosos.

Pensemos entonces en el inicio de nuestros problemas, y propongámonos construir una nueva historia. ¿Te parece?

2 comentarios

  1. AYER ERA SALVAR LOS EXÁMENES, NO SACAR MALA NOTA O REPITAS EL AÑO. TAMBIÉN EVITAR EL CASTIGO DE LOS PADRES. Lo que muestra la imagen, es fuerte.
    LA SINCERIDAD, HONESTIDAD VIRTUDES QUE POCO SE CULTIVA. LA EDUCACIÓN EN LAS ESCUELAS TIENEN MUCHAS FALLAS, CÓMO LOS PADRES DE FAMILIA, QUE NO SABEN ORIENTAR O EDUCAR CON HONESTIDAD
    NUESTRA SOCIEDAD, ES CORRUPTA, MENTIROSA ,FALSA Y DISCRIMINA.
    LA PROPUESTA ES INTERESANTE DE CONSTRUIR UNA NUEVA SOCIEDAD.

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